Lo siento, pero inevitablemente este comentario deberá ser escrito en primera persona. Conocí a Girazul desde que nació, intenté aportar posibilidades para el nombre de la banda, estuve presente cuando citaron a un baterista y a un bajista que -realmente- se habían equivocado de mundo cuando nacieron. Los empecé a ir a ver porque soy amigo de uno de los miembros de la banda, por afecto y porque empecé teniéndoles, como al resto de mis amigos, una inconciente fe. Después de este prólogo autoreferencial, voy al grano. Recuerdo dos grandes momentos viendo tocar a Girazul. El primero fue este año en White Widow. No recuerdo la lista de temas. Esa noche -y debo ser bestialmente sincero- fue la primera que disfruté realmente a Girazul, la primera en que la música me desbordó y me sacó de mi asiento para revolearme por el techo del lugar, dejándome colgado de las arañas de tanto en tanto. El recital del 25 de febrero de este año fue un purasangre; Federico, Jorge y Sebastián llegaron a un punto de fusión con el ambiente veraniego y agitado en el que todos, banda, espectadores, público en techo, público en sillas, arañas, viudas negras y blancas, cervezas helándose en la heladera, todos estábamos en nuestro exacto lugar y formando parte de un mismo bloque de placer. Diría que lo que tuvo ese recital fue Onda. Pero una Onda impresionante. Esa noche, en la que disfruté tanto de la música(y no fui el único, ellos y el resto de nosotros también disfrutaron/disfrutamos), cayó la primera ficha sobre qué era exactamente lo que estaban haciendo esos tres. El segundo momento fue al notar, el último sábado en Remember, que aunque no llegamos a ese momento cumbre (cumbre sólo por ahora, estoy seguro) de febrero, la banda está sólida, firme. ¿Qué quiero decir con esto? Que están perfectamente donde tienen que estar, en el camino en el que tienen que estar. Como si White Widow hubiera sido un firulete futbolero y Remember el estreno de botines nuevos. De a poco, la banda se va poniendo seria y fuerte, pasando los cambios, y lo que es importante, disfrutando el proceso. Creo que eso es fundamental en el Arte: disfrutar (por masoquismo o por hedonismo) del proceso de creación y, en el caso de una banda, de exposición. La fe que les tuve al principio ha dejado ya de ser inconciente. Su música me gusta y me gusta cuando tocan. Así de sencillo. Soy sólo una opinión, pero recomiendo. Girazul es un monzón que está saliendo de ese pozo de presión en alguna parte del Océano Índico... y que le va a despeinar el jopo a un par de chinos. Vale la pena verlo soplar el Mar con esa fuerza. Los quiere, MJB.-
4 Comentarios:
At 3:48 p.m.,
Anónimo said…
hola nihilista arrepentido
At 10:24 p.m.,
Méndele said…
Lo siento, pero inevitablemente este comentario deberá ser escrito en primera persona.
Conocí a Girazul desde que nació, intenté aportar posibilidades para el nombre de la banda, estuve presente cuando citaron a un baterista y a un bajista que -realmente- se habían equivocado de mundo cuando nacieron.
Los empecé a ir a ver porque soy amigo de uno de los miembros de la banda, por afecto y porque empecé teniéndoles, como al resto de mis amigos, una inconciente fe.
Después de este prólogo autoreferencial, voy al grano.
Recuerdo dos grandes momentos viendo tocar a Girazul.
El primero fue este año en White Widow. No recuerdo la lista de temas. Esa noche -y debo ser bestialmente sincero- fue la primera que disfruté realmente a Girazul, la primera en que la música me desbordó y me sacó de mi asiento para revolearme por el techo del lugar, dejándome colgado de las arañas de tanto en tanto. El recital del 25 de febrero de este año fue un purasangre; Federico, Jorge y Sebastián llegaron a un punto de fusión con el ambiente veraniego y agitado en el que todos, banda, espectadores, público en techo, público en sillas, arañas, viudas negras y blancas, cervezas helándose en la heladera, todos estábamos en nuestro exacto lugar y formando parte de un mismo bloque de placer. Diría que lo que tuvo ese recital fue Onda. Pero una Onda impresionante. Esa noche, en la que disfruté tanto de la música(y no fui el único, ellos y el resto de nosotros también disfrutaron/disfrutamos), cayó la primera ficha sobre qué era exactamente lo que estaban haciendo esos tres.
El segundo momento fue al notar, el último sábado en Remember, que aunque no llegamos a ese momento cumbre (cumbre sólo por ahora, estoy seguro) de febrero, la banda está sólida, firme. ¿Qué quiero decir con esto? Que están perfectamente donde tienen que estar, en el camino en el que tienen que estar. Como si White Widow hubiera sido un firulete futbolero y Remember el estreno de botines nuevos. De a poco, la banda se va poniendo seria y fuerte, pasando los cambios, y lo que es importante, disfrutando el proceso. Creo que eso es fundamental en el Arte: disfrutar (por masoquismo o por hedonismo) del proceso de creación y, en el caso de una banda, de exposición.
La fe que les tuve al principio ha dejado ya de ser inconciente. Su música me gusta y me gusta cuando tocan. Así de sencillo. Soy sólo una opinión, pero recomiendo. Girazul es un monzón que está saliendo de ese pozo de presión en alguna parte del Océano Índico... y que le va a despeinar el jopo a un par de chinos. Vale la pena verlo soplar el Mar con esa fuerza.
Los quiere,
MJB.-
At 7:05 p.m.,
Anisett アニセット said…
Que lindo que te digan esas cosas... las tienen bien merecidas, trolas! :D
At 10:52 a.m.,
Anónimo said…
Se pasó el Manuel :)
(k)
Maldi
03/08
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